martes, 19 de mayo de 2009

Sinfonías de la fusión

Desde que comencé a explorar de forma consciente al arte musical me propuse quitarme los prejuicios acerca de lo que estaba a punto de experimentar. Borrar de la mente esas ideas preconcebidas de lo lindo, lo bueno y lo divertido; abrirme a lo incómodo y desconocido; apreciar de ello todo lo que pueda y criticarlo sin miedo a estar equivocado. Pues al final, cuando se trata de crítica musical, uno siempre está equivocado.

Lo que yo escriba en estas páginas estará distorsionado por todo aquello que me compone a mí y no los compone a ustedes.

Al hablar de la evolución histórica de la música se suele transmitir el concepto erróneo de que los movimientos musicales se superan desplazándose los unos a los otros. Aunque en términos temporales esto es cierto (las modas y los nuevos géneros desplazan a los viejos del foco de atención social), en términos musicales es más relativo. Al igual que en la literatura, en la música las obras se construyen unas sobre otras y mutuamente se van transformando. La conjura de los necios de Kennedy Toole modifica a Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra como Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles modifica a la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven. Esta relación tan estrecha permite que el nacimiento de una música nueva no signifique la muerte de otra. Muy por el contrario, los movimientos musicales coexisten de forma integrada.

Ahora, por más que la música se nos presente tan basta y compleja, como dice Kurt Vonnegut en Galápagos, ``al final todos escribimos en el aire ´´. Esto significa que la música por sí sola es tan efímera como el acto de escribir en el aire. Para mantener vivo al arte musical es necesario que nosotros nunca dejemos de cultivarlo. Es por eso que aquí les escribo, porque hoy me corresponde a mí reflexionar e involucrarme con ustedes con el fin de celebrar el arte musical.

En este pequeño espacio me gustaría compartir con ustedes un género relativamente impopular que ha pasado a la sombra desde finales de la década del ‘70. Ante ustedes, una breve exposición sobre el Rock Sinfónico.

El Rock sinfónico, también conocido como Rock Progresivo[1], surge a finales de los ‘60 de forma espontánea, como resultado de la vorágine experimental de la época. Es imposible e insensato declarar de forma unánime un disco como fundador del Rock Progresivo. Sin embargo, con fines educativos podríamos decir que The court of the Crimson King (1967), de King Crimson, es el primero en reunir aquellas características que se repiten en todas las bandas del género a lo largo de los ‘70.

La década del ‘60 se ve atravesada por muchísimas revoluciones alrededor del mundo: desde los movimientos de liberación anticolonialistas de África y Asia hasta las rupturas generacionales del occidente con epicentro en Estados Unidos y Europa. En este contexto efervescente, los músicos acompañan al resto del mundo borrando los límites conocidos de la música, cruzando géneros y experimentando con sonidos nuevos.

La tecnología tampoco se queda atrás, y en esta década revoltosa nacen los sintetizadores y los efectos de sonidos electrónicos, los cuales abren un nuevo mundo de posibilidades y permiten llevar al Rock a un nivel de sensibilidad y complejidad antes vedado. En un abrir y cerrar de ojos fue posible armar sofisticadas sinfonías con una banda de cuatro personas, ¡o incluso menos!

Al pensar en los géneros que se usaron para experimentar hay que tener la mente abierta. La mayoría de los músicos de la época usaron como piedra angular al Rock, el Jazz y el Blues. Pero esos fueron sólo los puntos de partida para adentrarse en mundos ajenos como el de la música clásica, la música africana, latina, hindú y folklórica. Por su parte, los folklores regionales como el latino, el country, y el celta jugaron un rol importante porque acercaron ritmos de envergadura global a los sonidos y costumbres propias de cada pueblo.

Por mencionar algunas bandas de los ‘70 que se animaron a mezclar el Folk con el Rock para formar Rock Progresivo tenemos a: Magna Carta (Country), Los Jaivas (Folclore Chileno Revolucionario), Anacrusa (Folclore Argentino Revolucionario), Jethro Tull (Celta). Otras bandas como Emerson, Lake & Palmer (conocidos como ELP), Genesis, Yes y Van der Graf Generator se dedicaron a combinar la música clásica con elementos del Jazz y el Rock dando un Rock Sinfónico de resultados épicos.

Parte de la fusión multicultural se extendió fuera de la música, y estos artistas se volvieron actores teatrales y ávidos escritores literarios. Alguno que otro jugó con la filosofía, y todos desafiaron lo preexistente siguiendo una ambición insaciable por la belleza estética y la profundidad en el arte musical. Un buen ejemplo de esto fue Peter Gabriel. Cofundador y cantante de Genesis, componía melodías hermosas con ritmos peculiares y originales, y sus letras reflejaban la cultura inglesa (desde leyendas tradicionales hasta lo mundano y cotidiano) en imágenes surrealistas y fantásticas. Sus relatos poéticos con profundos significados y complejas imágenes eran admirables, y estaban cantados como si fueran relatados por un orador, lo cual era muy inusual. Además de su excelente desempeño como cantor y escritor, Gabriel se dedicaba a hacer Teatro mientras cantaba. Vestido en trajes y rodeado de escenografías, Gabriel junto al resto de la banda llevaba al público a un viaje sonoro por medio de su voz, y a uno visual por medio de sus escenografías y actuaciones. Ya a finales de los ‘60 la forma de dar un concierto y de escucharlo se había cambiado y cuestionado. Genesis, como todo el género Progresivo, es la culminación de esos cuestionamientos y cambios. Aunque, para ser justos, artistas como David Bowie también practicaban el Rock Escénico o Rock Teatral en la misma época que Gabriel y con igual o mayor éxito.

Algunos se preguntarán por qué no hemos todavía mencionado a uno de los grupos más conocidos y fructíferos del Sinfónico. Pink Floyd inició su carrera con discos experimentales en los cuales, más que jugar con géneros, se dedicaba a buscar nuevos sonidos y conceptos de lo que significaba hacer una canción o dar un concierto. Este maravilloso grupo de muchachos ingleses formó parte del Rock Psicodélico, una variante del Rock Experimental del cual se fueron alejando a medida que la década hippie quedaba atrás.

Los discos posteriores a la renuncia de Syd Barret (creador del grupo y líder hasta 1968) van dibujando lo que sería una de las obras más importantes de la historia y el paradigma del Rock Progresivo. A la temprana fecha de 1973 salió al público The Dark Side of the Moon y Pink Floyd rápidamente se convirtió en un referente mundial del género. Digo que es una fecha temprana para el disco que resume al Sinfónico porque luego de 1973 hay una larga, larguísima por suerte, lista de discos sublimes provenientes del Rock Sinfónico. Hago hincapié en la historia de Pink Floyd porque todas las bandas de este movimiento musical en los ´70 pasaron por el mismo proceso de formación y nos sirve de ejemplo para entenderlas.

A diferencia de otros grupos que se juntan para tocar música de algún género en particular, los grupos del Rock Sinfónico se crearon de una forma completamente espontánea e improvisada. Todos ellos viniendo de géneros diferentes o indefinidos, de forma individual pero simultánea, ayudaron a crear lo que hoy llamamos Rock Sinfónico[2].

Las historias de estas bandas a rasgos generales se repiten. Al comienzo de sus discografías se aprecian obras experimentales de género indefinido. A medida que pasaba el tiempo los grupos definían y encontraban su sonido, que luego entre el ´71 y el ´76 les permitiría crear algunas de las obras cumbres del Rock. Lo que sucedió desde el ´76 hasta ahora lo hablaremos más adelante.

Haciendo un rápido, insuficiente y arbitrario repaso de las bandas y álbumes que convivieron entre 1971 y 1973 y formaron parte del Rock Progresivo tenemos a: Genesis (Selling England by a Pound, The Lamb Lies Down on Broadway, Trick of the Tail, Wind & Wuthering), Yes (Fragile, Close to the Edge, Tales from Topographic Oceans), ELP (Trilogy), Premiata Forneria Marconi (Photos of Ghosts[3]), La máquina de hacer pájaros (Películas[4]), Invisible (Durazno Sangrando[5]) y Can (Tago Mago[6]).

A pesar de que el Rock Sinfónico fue un género global, nadie dudaría ni un segundo en decir que el obvio epicentro de este movimiento fue Inglaterra. Algo curioso de comentar es que Estados Unidos tuvo un movimiento psicodélico y experimental tan fuerte como Inglaterra. Sin embargo, no mostró ni chispa de actividad progresiva hasta que se importó el género desde Inglaterra. Por lo tanto nuestro amado movimiento musical es genuina y puramente Inglés en su genesis[7]. Su naturaleza abierta, expansiva y diversa lo llevó a romper fronteras no sólo musicales sino también geográficas y culturales. Los estadounidenses inventaron el Rock en los ´50, pero los Ingleses lo llevaron a la perfección en los ´70.

El Jazz no se vió exento de las revoluciones y movidas musicales que tuvieron por corazón al Rock Experimental y Progresivo. De hecho, el Jazz anticipó por lo menos una década las revoluciones que tuvieron lugar en el Rock, pero eso es una historia que apreciaremos en otra ocasión.

La muerte del Rock Progresivo ocurrió en la segunda mitad de la época. De la euforia y fertilidad total de la primera mitad de la década del ´70 se pasó a la desolación y desintegración de casi todas las bandas progresivas. Las causas son muchas. Para empezar podemos decir que se debió a un cambio en la sociedad y el mercado. La gente dejó de consumir Rock Progresivo y eventualmente éste se dejó de producir. El por qué del cambio en el consumo se suele explicar de la siguiente manera:

tanto las canciones, como los grupos mismos y sus conciertos se volvieron muy complejos en su composición y desempeño. Esto llevó a que la música dejara de ser accesible para el perezoso consumidor que no tenía ni tiempo ni ganas de ponerse a escuchar con atención piezas que duraban de 5 a 30 minutos. Esa fue la razón por la cual el hombre medio dejó de consumir los cada vez más excéntricos y complejos discos de las bandas.

Sin embargo, hay un segundo grupo de personas que conscientemente se manifestaba en contra del Rock Progresivo por su pretenciosidad y nivel de enajenación entre la música y la gente. El Punk[8] se venía gestando desde que el Rock Progresivo pasó a considerarse como la perfección del Rock. Como contra movimiento al Progresivo, el Punk pretendía romper las estructuras formadas dejando bien en claro que, en su concepción, el Rock debía ser tocado de forma anárquica y por sobre todo liberada de principios. Mientras que la generación del primero se creía libre pues reunía a las culturas y las exploraba sin pudor, los segundos se sentían libres por no estar atados a nada. No obstante, en el fondo lejos de ser libres, estaban atados por la ignorancia consciente de sus artistas y la imagen de necesaria oposición al sistema. El Rock Progresivo podía darse el lujo de ser simple, complejo, disonante, nuevo o antiguo. El Punk recaía en un sonido monótono y predecible hasta que en la década del ´80 bandas como Joy Division dieron un paso adelante. El Punk, en su apología de la anarquía, se auto encasilló creando obstáculos a su propio movimiento, los cuales lo volvieron en muchas ocasiones sumamente superficial.

Un claro ejemplo de esto es que el Punk repudió al Sinfónico, mientras que el Sinfónico anunció la llegada del Punk de forma monumental y épica con el ultimo trabajo de Peter Gabriel en Genesis, The Lamb Lies Down on Broadway (1975). Éste es un maravilloso disco doble que cuenta la historia de Rael, un adolescente Punk puertorriqueño que vive en New York.

Respecto de la caída en la producción del Rock Sinfónico se pueden mencionar tres cosas. La primera fue el desgaste de los artistas: los procesos creativos eran tan intensos, de tanta envergadura y tanto éxito, que habían tenido efectos devastadores en la mayoría de los músicos. Estaban cansados de sus bandas, de la vida del Rock y de las altísimas expectativas que debían cumplir. El segundo factor fueron los altos costos de ser una banda progresiva en 1975, tanto por el proceso de creación de las obras como por el de puesta en escena. Estas bandas de Rock salían a tocar con orquestas enteras y escenografías tan complejas como las de una obra musical de Broadway. Los equipos de música y sonido que usaban eran acordes a todo lo descripto. En cada concierto había montones de equipos especializados y sumamente caros. Finalmente, en tercer lugar, cuando el mercado cambió y dejó de consumir Rock Progresivo, las bandas de ese género vieron su oportunidad, medio forzada medio voluntaria, de retirarse. Muchos aprendieron a abrazar el cambio y se mudaron al Pop de los ‘80. Otros se separaron y desaparecieron de la escena o iniciaron su carrera solista. Sólo unos pocos siguieron haciendo lo que hacían en los ‘70. Lo cierto es que el mundo se vació de Rock Progresivo y dió paso a los géneros que luego se desarrollarían en los ‘80.

El Rock Sinfónico estaba muerto, o eso parecía. En realidad había sido abandonado por sus creadores originales. En un fenómeno de tan alto nivel y especialización, como era el Rock Progresivo, la competencia era feroz. Los creadores del género eran altamente virtuosos y tocaban equipos muy costosos y difíciles de conseguir. Para las bandas de menores recursos académicos, monetarios y comerciales la competencia era imposible. Eran aplastados sin piedad, no se les daba ni oportunidad de presentarse en los enormes foros Progresivos. Cuando los artistas fundadores se fueron, el género quedó deshabitado para que los amantes o nostálgicos ocuparan los puestos de combate que alguna vez habían deslumbrado y unido al mundo entero.

En otras palabras, todos los artistas que vivían a las espaldas de los grandes de Inglaterra cobraron un rol central en el ocaso del Progresivo, y se portaron dignamente hasta que la nueva generación de músicos en los ‘80 le dio vida de nuevo al Rock Progresivo. Bandas como Marillion retomaron en su totalidad el género perdido e hicieron obras dignas de recordarse en los anales progresivos. Lo curioso es que estas bandas Neo Progresivas de los ‘80 no venían de un período experimental y sin embargo encontraron la manera de adaptar distintos géneros y sonidos de forma casi espontánea. El rock progresivo había dejado un legado, una estructura sólida sobre la cual construir. Como ya había vaticinado Rush a fines de los ‘70, el género musical Metal tenía buena predisposición para juntarse con el Progresivo. Siendo el Metal un género nuevo y ambicioso podía ser fácilmente usado para agregar complejidad y fuerza a las composiciones.

En los ‘80 el Rock Progresivo se estableció como un género más a disposición de los artistas y de los amantes del arte. Luego, en los ’90, la tradición continuó y grupos como Pendragon demostraron que el rock sinfónico, lejos de morir, tenia muchísimo para dar. Sus dos integrantes principales, Nick Barret y Clive Nolan, luego formarían muchas bandas de Rock Progresivo con una enorme variedad de músicos.

Llegando al 2000 nos encontramos con que el género empieza a ganar más atención y vuelve a crecer por lugares inesperados. Las bandas de este Neo Progresivo trajeron con ellas a excelentes compositores como Steaven Wilson, creador de Pourcupine Tree, o los integrantes de Dream Theater y Liquid Tension Experiment[9], que son considerados como los mejores músicos en sus respectivos instrumentos.

En conclusión, el Rock Sinfónico fue un género musical fruto del Rock Experimental y de las revoluciones generacionales y tecnológicas de los ‘60. Se caracterizó por la fusión de géneros y la continua búsqueda de nuevos sonidos sumados a un incansable ímpetu de trabajo y reflexión musical para lograr las obras más exquisitas jamás escritas. La empresa que propone el Rock Progresivo es la de fusionar géneros y llevarlos a lugares nuevos y desconocidos con el fin de expandir lo más posible la experiencia musical, incluso saliéndose de la música para internarse en la literatura y el teatro.

Los invito a que conozcan este género, lo disfruten y puedan apreciarlo con el ocio como único fin o con la voluntad de construir sobre él, ya sea componiendo música, interpretándola o simplemente interiorizándola.


Martín Pablo Silva Valent


[1] Algunos sostienen que el rock sinfónico refiere a un subgrupo predominante del progresivo pero es una discusión casi semántica que dejaremos de lado.
[2] Uno de los principales atractivos del Rock Progresivo es que gracias a que esta formado y creado por un crisol de géneros y músicos diferentes, es abierto, diverso y puede albergar lo más complejo, lo mas simple o lo más sensible que el Rock puede producir.
[3] Grupo italiano.
[4] Grupo argentino liderado por Charly García.
[5] Grupo Argentino liderado por Luís Alberto Spinetta.
[6] Grupo Alemán.
[7] Digo esto haciendo una excepción, en Estados Unidos hubo un grupo comparable a todas las bandas de la elite inglesa, The Mothers of Invention (Frank Zappa).
[8] El Punk es un movimiento social fascinante si se lo contextualiza como es debido. Musicalmente, en abstracto, no tiene mucho que ofrecer.

[9] Mike Portnoy, John Pretucci o Tony Levin


Agradecimiento especial a Miranda Gilbert que ayudo a editar el artículo y a mi viejo que me dio a conocer el rock progresivo en vez de la pelota de futbol.

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